Y es en ese momento en el que te das cuenta que has aprendido a vivir sin el, que ya no le necesitas, que has aprendido a vivir sin ellos, sin ellas, sin todas aquellas personas sin las que jamas te planteaste vivir, te das cuenta que te gusta el café, de que el helado de chocolate ya no es tu favorito, de que ya no te gustan las mismas películas que antes, de que cada vez se te hace mas difícil reir, jugar, salir, divertirte, es entonces cuando te das cuenta de que las cosas han cambiado y de que ya nunca volverán a ser igual, todo ha cambiado, nunca sabrás si de verdad ha sido mejor así, a veces quieres volver atrás, salir corriendo, esconderte donde nadie pueda verte, pero te paras a pensar y te das cuenta de que a veces las cosas no son tan malas como parecen, te das cuenta de que a veces basta con una sonrisa para cambiar el mundo, de que basta con un abrazo, una mirada, una palabra, cualquier tontería que te haga ser feliz y sonreír como una tonta incluso sin saber porque, porque a veces son los pequeños detalles los que de verdad importan.
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