Te veo pasar por el barrio tan elegante que provocas mi suspiro con ese vestido blanco. Tanta obsesión me está matando, estás en todas partes, en los parques y en los bares por donde voy. Y la verdad me haces sufrir, quiero olvidarte, no dejo de amarte, cada día sueño con besarte. Cuando lo consigo, cada noche me hablan de ti, y al recordarte deseo ir a buscarte. Eres el centro de todos mis pensamientos y si ardemos de deseo al día siguiente me arrepiento ¡no lo entiendo! Me anima tanto tu presencia, a tu lado el Sol brilla más fuerte, pierdo la consciencia. Y es que pierdo hasta la noción del tiempo, tus caricias aceleran este corazón sediento. Pero hay algo que yo no consiento: que te vayas con cualquiera ignorando lo que siento. Me estás haciendo daño, eres mala.
Al salir de copas eres caprichosa, me sales muy cara. Eres absorbente y de mi gente me separas. Tu actitud me está dejando tonto. A veces me sorprende, estás muy cortada, es increíble porque cuando estás conmigo no paro de hablar. Estoy bien mientras que tu no me faltes, si hace falta saco más dinero para invitarte. Eres la reina de la noche y de las fiestas, acabamos con litronas cuando la luna se acuesta. Pero cuando te vas te necesito cerca. Tus besos amargos me dominan, me secuestran. Este sufrimiento me está dejando en las llantas, me miro en el espejo y el reflejo me achanta. No es medicina, este amor es una ruina. No puedo vivir sin ti, te odio cocaína.
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